miércoles, 21 de julio de 2010
MARTIN LUTHER KING
“Tengo un sueño, un solo sueño: seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas”. Martin Luther King.
Martin Luther King, Jr. (Atlanta, 15 de enero de 1929 - Memphis, 4 de abril de 1968) fue un pastor estadounidense de la iglesia bautista que desarrolló una labor crucial en Estados Unidos al frente del Movimiento por los derechos civiles para los afroamericanos y que, además, participó como activista en numerosas protestas contra la Guerra del Vietnam y la pobreza en general.
Por esa actividad encaminada a terminar con el apartheid estadounidense y la discriminación racial a través de medios no violentos, fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en 1964. Cuatro años después, en una época en que su labor se había orientado especialmente hacia la oposición a la guerra y la lucha contra la pobreza, fue asesinado en Memphis, cuando se preparaba para liderar una manifestación.
Luther King, activista de los derechos civiles desde muy joven, organizó y llevó a cabo diversas actividades pacíficas reclamando el derecho al voto, la no discriminación y otros derechos civiles básicos para la gente de raza negra de los Estados Unidos. Entre sus acciones más recordadas están el boicot de autobuses en Montgomery, en 1955; su apoyo a la fundación de la Southern Christian Leadership Conference, en 1957 (de la que sería su primer presidente); y el liderazgo de la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, en 1963, al final de la cual pronunciaría su famoso discurso "I have a dream" (‘yo tengo un sueño’), gracias al cual se extendería por todo el país la conciencia pública sobre el movimiento de los derechos civiles y se consolidaría como uno de los más grandes oradores de la historia estadounidense.
La mayor parte de lo derechos largamente reclamados por el movimiento serían promulgados legalmente con la aprobación de la Ley de los derechos civiles y la Ley del derecho al voto.
King es recordado como uno de los mayores líderes y héroes de la historia de Estados Unidos, y en la moderna historia de la no violencia. Se le concedió a título póstumo la Medalla Presidencial de la Libertad por Jimmy Carter en 1977 y la Medalla de oro del congreso de los Estados Unidos en 2004. Desde 1986, el Martin Luther King Day es día festivo en los Estados Unidos.
La campaña de los pobres
A partir de noviembre de 1967, King y el equipo de la Southern Christian Leadership Conference (SCLC) se reunieron para discutir la nueva legislación, los motines raciales (hot summers) y la aparición del Black power Decidieron entonces organizar la Poor People's Campaign (la Campaña de los pobres) con el fin de luchar por la justicia social. Calificada por el pastor como la «segunda fase en el movimiento de los derechos civiles» , pretendía luchar contra la pobreza, analizando su origen y no restringiéndose solo a la defensa de los afroamericanos. King afirmó entonces:
No deben ser solo las gentes negras, sino todos los pobres. Debemos incluir a los amerindios, los puertorriqueños, los mexicanos e, incluso, a los pobres blancos.
No obstante, la campaña no fue apoyada por todos los dirigentes del movimiento de los derechos civiles, entre ellos Bayard Rustin. Su oposición se basó en argumentos relativos al hecho de que los objetivos de la campaña eran demasiado amplios, las demandas irrealizables y que ello aceleraría el movimiento de represión contra los pobres y los negros.
Luther King recorrió el país de punta a punto para reunir un «ejército multirracial de los pobres», que marcharía sobre Washington e iniciaría una desobediencia civil en el capitolio, que duraría si fuese necesario hasta que el congreso firmase una declaración de los derechos humanos del pobre. El Reader's Digest hablaría de una «insurrección».
Esta «declaración de los pobres» demandaba un programa de empleos gubernamentales para reconstuir las ciudades estadounidenses. Luther King vio una necesidad urgente de enfrentarse al congreso que había demostrado su «hostilidad a los pobres» al «distribuir los fondos militares con generosidad» pero dando «fondos a los pobres con avaricia». Su visión era la de un cambio que fuese más revolucionario que una simple reforma: citó los defectos sistemáticos del racismo, de la pobreza, del militarismo e indicó que «la misma reconstrucción de la sociedad era el verdadero problema que había que resolver».
Pero el asesinato de Luther King en abril de 1968 afectó profundamente a la campaña. Esta se inició a pesar de todo en mayo, culminando con una marcha sobre Washington, sin conseguir lograr sus objetivos.
Asesinato
A finales de marzo de 1968, Martin Luther King se desplazó a Memphis (Tennessee) para apoyar a los basureros negros locales que estaban en huelga desde el 12 de marzo con el objeto de obtener una mejora salarial y un mejor trato.
A los afroamericanos se les pagaba 1 dólar y 70 centavos por hora y no se les pagaba cuando no podían trabajar por razones climatológicas, al contrario de lo que se hacía con los trabajadores blancos.
Como consecuencia de las protestas pacíficas, estalló una oleada de violencia contra ellas que degeneró en el asesinato de un joven afroamericano.
El balcón del Lorraine Motel donde fue asesinado Martin Luther King, hoy en día el sitio del museo nacional de los derechos civiles.El 3 de abril, en el Mason Temple (Church of God in Christ, Inc. - sede mundial), Martin Luther hizo el discurso profético "I've Been to the Mountaintop" («He estado en la cima de la montaña») ante una auditorio eufórico:
No es verdaderamente importante lo que ahora ocurre... Algunos han comenzado a […] hablar de amenazas que se perfilan. ¿Qué es lo que me podría ocurrir por parte de uno de nuestros malvados hermanos blancos? … Como todo el mundo, a mí me gustaría vivir mucho tiempo. La longevidad es importante, pero eso es algo que ahora no me preocupa. Yo solo quiero cumplir la voluntad de Dios. ¡Y él me ha autorizado a subir a la montaña! Y he mirado en torno a mí y he visto la tierra prometida. Puede que yo no vaya allí con vosotros. Pero quiero que sepáis esta noche que nosotros llegaremos como pueblo a la tierra prometida. Y estoy muy feliz esta noche. No tengo ningún temor. No tengo miedo de ningún hombre. ¡Mis ojos han visto la gloria de la venida del señor!
El 4 de abril de 1968 a las 18 horas y un minuto, Martin Luther King fue asesinado por un segregacionista blanco en el balcón del Lorraine Motel en Memphis (Tennessee). Sus últimas palabras en ese balcón fueron dirigidas al músico Ben Branch, quien iba a actuar esa noche durante una reunión pública a la que asistiría Martin Luther:
Ben, prepárate para tocar Precious Lord, Take My Hand (Señor, toma mi mano) en la reunión de esta noche. Tócala de la manera más hermosa.
Sus amigos, que estaban dentro de la habitación, al oír los disparos corrieron hacia el balcón donde encontraron a Luther King con un bala en la garganta. Su muerte fue declarada en el St. Joseph's Hospital a las 19h05. El asesinato provocó una oleada de motines raciales en 60 ciudades de los Estados Unidos (125 en total que provocaron numerosas muertes y obligaron a la intervención de la guardia nacional
Cinco días más tarde, el presidente Johnson decretó un día de luto nacional (el primero por un afroamericano) en honor de Martin Luther King. A sus funerales asistieron 300 000 personas,[63] a los que asistió también el vicepresidente Hubert Humphrey (Johnson estaba en una reunión sobre Vietnam en Camp David y había el temor de que su presencia pudiese provocar manifestaciones de los pacifistas). Motines de cólera estallaron en más de cien ciudades provocando 46 víctimas.
A petición de su viuda, Martin Luther hizo su propia oración fúnebre con su último sermón, «Drum Major», grabado en la Ebenezer Baptist Church.
En este sermón, pidió que en sus funerales no se hiciese mención alguna de sus premios sino que se dijese que él había intentado «alimentar a los hambrientos», «vestir a los desnudos», «ser justo sobre el asunto de Vietnam» y «amar y servir a la humanidad». A petición suya, su amiga Mahalia Jackson cantó su himno favorito, Take My Hand, Precious Lord.
Tras el asesinato, la ciudad de Memphis negoció el fin de la huelga de una manera favorable a los basureros.
Según el biógrafo Taylor Branch, la autopsia de King reveló que, aunque solo tenía 39 años, su corazón parecía el de un hombre de 60, mostrando físicamente el efecto del estrés de 13 años en el movimiento de los derechos civiles.
Entre 1957 y 1968, King había recorrido más de 9,6 millones de kilómetros, hablado en público más de 2500 veces, arrestado por la policía más de veinte y había sido agredido físicamente al menos en cuatro ocasiones.
El pensamiento de Martin Luther King
Desobediencia civil y no violencia
Escribió también que «esperar ha significado casi siempre nunca» y afirmaba que la desobediencia civil no estaba solamente justificada frente a una ley injusta, sino también que «cada uno tiene la responsabilidad moral de desobedecer las leyes injustas».
La carta incluía la famosa cita «Una injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia de cualquier lugar», así como unas palabras de Thurgood Marshall que él repite: «Una justicia demorada durante mucho tiempo es una justicia rechazada».
Hasta el final de su vida, Martin Luther King se opuso a la radicalizacion y a la violencia preconizada por el Black Power y subrayó que «los motines no arreglan nada», y consideró este medio como ineficaz, más allá de la naturaleza opuesta de los motines a su doctrina de no violencia, de moral y de fe:
Si se dice que el poder es la capacidad de cambiar las cosas o la capacidad de conseguir sus objetivos, entonces no es poder involucrarse en una acto que no los consigue: sea cual sea el ruido que hagáis y el número de cosas que queméis ".[
Para él, una guerrilla como la del Che Guevara era una "ilusión romántica". King prefería la disciplina de la desobediencia civil, que definía no solamente como un derecho sino también como un homenaje a una energía democrática no explotada. Lo mismo para la pobreza: pidió a los militantes "utilizar todo el poder de la no violencia para el problema económico", aunque no hubiese nada en la Constitución estadounidense que garantizase un techo y una comida. Remarcó la similitud de su lucha con la de Jesus: {{cita|La opinión pública le dio la espalda. Decían que era un agitador. Utilizaba la desobediencia civil. Rechazaba los mandatos de la ley".
Muchedumbre en la marcha hacia Washington de 1963.Para King, la no violencia no era sólo justa sino indispensable, porque por muy justa que fuese la causa de origen, la violencia significa el error y el ciclo de venganza de la Ley del Talión, y el defendía la ética de la reciprocidad:
La última debilidad de la violencia es que es una espiral descendente, que engendra lo mismo que busca destruir. En lugar de debilitar el mal, lo multiplica. Utilizando la violencia, podéis matar al mentiroso, pero no podréis matar la mentira, ni restablecer la verdad. Utilizando la violencia, podréis asesinar al rencoroso, pero no podréis matar el odio. De hecho, la violencia hace simplemente crecer el odio. Y esto continúa. Devolver el odio por el odio multiplicado al odio, añadiendo una oscuridad todavía más profunda que una noche sin estrellas. La oscuridad no puede esconder la oscuridad: sola la luz puede hacer esto. El odio no puede esconder el odio: solo el amor puede hacer esto.
Afirmaba también que el fin no podía justificar los medios, al contrario de lo que pensaba Maquiavelo:
Siempre he predicado que la no violencia exige que los medios que utilizamos deben ser tan puros como el fin que perseguimos. He intentado dejar claro que está mal utilizar medios inmorales para alcanzar un fin justo. Pero debo afirmar ahora que también está mal, todavía peor, utilizar medios morales para preservar un fin inmoral.
En la Carta de Birmingham, respondió también a los sacerdotes que le acusaban de crear oportunidades para la violencia con su desobediencia civil pacífica en un medio racista, indicándole que el que pide justicia de manera no violenta no puede ser instigador de disturbios:
En vuestra declaración, afirmáis que nuestras acciones, aunque pacíficas, deben ser condenadas porque precipitan la violencia. Pero, ¿es una afirmación lógica? ¿No es como si condenaseis a un hombre que ha sido robado porque el hecho de tener dinero es lo que ha provocado el acto de robar?
Igualdad racial, libertad y orgullo
Más allá de su lucha por la igualdad racial, del discurso "I have a dream" donde imagina que sus "cuatro hijos vivirán un día en una nación donde no sean juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su persona" y de la victoria política con los votos de la Civil Rights Act y Voting Rights Act, Martin Luther King señaló que la igualdad racial no devenía sólo de las leyes que defienden a la persona, sino sobre todo de la manera en que esa persona se percibe a sí misma:
Mientras el espíritu se halle esclavizado, el cuerpo no podrá ser nunca libre. La libertad psicológica, un firme sentido de la autoestima, es el arma más poderosa contra la larga noche de la esclavitud física. Ninguna proclama de emancipación lincolniana o carta de derechos civiles johnsoniana puede aportar totalmente este tipo de libertad. El negro será libre cuando alcance las profundidades de su ser y firme con la pluma y la tinta de su humanidad afirmada su propia declaración de emancipación. Y con un espíritu tendido hacia la verdadera autoestima, el negro debe rechazar con orgullo las esposas de la auto-abnegación y decirse a sí mismo y decir al mundo: “Yo soy alguien. Yo soy una persona. Yo soy un hombre con dignidad y honor. Y tengo una historia rica y noble.
Pacifismo y compromiso personal
Cuerpos de hombres, mujeres y niños tras la Masacre de Mỹ Lai cometida por el ejército estadounidense el 16 de marzo de 1968.Martin Luther King subrayó que la no violencia no era solamente un método justo, sino también un principio que debía ser aplicado a todos los seres humanos, fuesen de donde fuesen, y comparaba la campaña de no violencia aclamada en los Estados Unidos a la violencia de las guerra de Vietnam sostenida por una parte de la opinión pública estadounidense:
Hay algo extrañamente inconsistente en una nación que os aclama cuando decís “Sed no violentos con Jim Clark”,[86] pero que os maldice y os condena cuando decís: “sed no violentos con los niños vietnamitas marrones”.
Para Luther King, la no violencia debía llevar al pacifismo, sobre todo en el contexto de la guerra fría y de la estrategia militar de destrucción mutua asegurada que podría llevar al apocalipsis:
Los hombres, a lo largo de la historia, han hablado de la guerra y de la paz. Pero ahora ya no pueden quedarse solo en el hablar. No es una elección entre la violencia y la no violencia en este mundo; es una elección entre la no violencia y la no existencia.
Martin Luther King invocaba con frecuencia la responsabilidad personal para desarrollar la paz mundial[89] Para él, el triunfo del bien sobre el mal era inevitable, a pesar de los frecuentes retrocesos y guerras de la historia:
Rechazo aceptar la noción cínica de que naciones tras naciones deben descender la escalera militarista hacia el infierno de la destrucción termonuclear. Creo que la verdad desarmada y el amor incondicional tendrán finalmente la palabra. Porque el bien, incluso temporalmente vencido, es más fuerte que el mal triunfante.
Admitía que esa opinión idealista y moral era difícilmente defendible en ese contexto histórico, pero subrayaba que la conciencia y el ideal de justicia no debían recular ante una opinión pública desfavorable, un cálculo político o una tarea que pareciese insuperable:
En relación a algunas posturas adoptadas, la cobardía plantea una cuestión: “¿es peligroso?”; el oportunismo plantea la cuestión: “¿es política?”; y la vanidad lo junta todo y plantea la cuestión: “¿es popular?”. Pero la conciencia plantea la cuestión: “¿es justo?”. Y llega entonces un momento en que uno debe posicionarse ante algo que no carece de peligro, que no es política, ni popular, sino que debe hacerlo porque su conciencia le dice que es justo. Creo que hoy en día es necesario para todas las personas de buena voluntad reunirse en un gran acto de conciencia y decir las palabras del viejo espiritual negro, “No vamos a estudiar más la guerra”. He aquí el reto del hombre.
Vida espiritual frente a confort material
Monumento Martin Luther King, Yerba Buena Gardens, San Francisco.Martin Luther King, sin preconizar un retorno hacia la sencillez voluntaria ni devenir en un crítico del desarrollo como Gandhi, se puso en guardia contra el american way of life en tanto su tendencia al consumismo y el materialismo podía desviar al hombre de la causa del bien y de la espiritualidad:
Hoy en día, la gran tentación y la gran tragedia de la vida es que permitimos con frecuencia al exterior de nuestras vidas el absorber al interior de nuestras vidas. La gran tragedia de la vida es que con demasiada frecuencia autorizamos a los medios con los que vivimos a alejarnos del fin para el que vivimos. […] ¿Cuál es el beneficio para un hombre de llenar el mundo entero de medios - aviones, televisiones, luz eléctrica - y perder el fin: el alma?
En su opinión, este profundo cambio estaba vinculado a una revolución de los valores que permitiría vencer a los más grandes males de la civilización:
Estoy convencido de que si queremos estar del lado bueno de la revolución mundial, debemos como nación emprender una revolución radical de valores. Debemos comenzar rápidamente a pasar de una sociedad “orientada hacia las cosas” a una sociedad “orientada hacia la persona”. Cuando las máquinas y los ordenadores, los motivos de beneficios y los derechos de propiedad son considerados como más importantes que los individuos, el triplete gigante compuesto por el racismo, el materialismo y el militarismo es imposible de vencer.
Fe, amor y poder
Martin Luther King en 1964.Debido a su vocación de pastor, Luther King situó a la Biblia en el corazón de su mensaje, considerando que la humanidad había estado desde hacía mucho tiempo "en la montaña de la violencia" y que debía ir hacia "la tierra prometida de justicia y de fraternidad". Para él, este objetivo era una misión divina en tanto que "no debía satisfacerse nunca con objetivos inacabados, […] sino que había que mantener siempre una especie de descontento divino".
Esta voluntad divina y este mensaje de amor transmitido por el Evangelio implicaba, según él, una voluntad inquebrantable frente a la adversidad, "un espíritu duro y un corazón tierno",[95] como enseñó directamente Jesús a sus discípulos:
Jésus reconoció la necesidad de confundir a los contrarios. Sabía que sus discípulos deberían enfrentarse a un mundo difícil y hostil, donde habrían de enfrentarse a los políticos recalcitrantes y a la intransigencia de los protectores del antiguo orden […] Y les dio una fórmula de acción, “sed tan sabios como las serpientes y tan inofensivos como las palomas”.
El amor no es, entonces, para Luther King solamente un fin, sino también un medio de llegar a la paz y la justicia mundiales; así, refuta el concepto del amor como algo débil que algunos filósofos como Nietzsche acuñaron:
Esta llamada para que una comunidad mundial lleve los problemas de vecindad más allá del ámbito tribal, de la raza, de la clase y de la nación, es en realidad una llamada a un amor universal e incondicional de la humanidad entera. Este concepto frecuentemente incomprendido, frecuentemente mal interpretado, tan rápidamente eludido por los Nietzsches del mundo como una fuerza débil y cobarde, se ha convertido ahora en una necesidad absoluta para la supervivencia del ser humano. Cuando hablo de amor, yo no hablo de un especie de respuesta sentimental y débil. No hablo de una fuerza que solo es un sinsentido sentimental. Yo hablo de una fuerza que todas las grandes religiones del mundo han visto como el principio unificante supremo de la vida. El amor es la llave que abre la puerta que lleva a la realidad última.
Martin Luther King consideraba que el poder en este contexto no era algo malo en sí en cuanto era comprendido y utilizado correctamente, es decir, cuando no era considerado como el exacto opuesto del amor. En su opinión, la perversa interpretación según la cual el amor es el abandono del poder y el poder una denegación de amor, es la razón por la que Nietzsche rechazó el concepto cristiano de amor y los teólogos cristianos el concepto nietzscheano de la voluntad de poder.
El poder sin amor es peligroso y abusivo, el amor sin poder es sentimental y anémico. El mejor poder es el amor que implica la petición de justicia, y la mejor justicia es el poder que corrige todo lo que pone obstáculos al amor.
Una lucha por el poder sin amor o conciencia está entonces condenada al fracaso, ya sea por blancos o negros. Para él, "es esta colisión entre un poder inmoral y una moralidad impotente la que constituye la mayor crisis de nuestro tiempo".
Aunque hombre de fe, Luther King apostaba por el laicismo y aprobó una decisión de la Corte suprema de prohibir la oración en las escuelas públicas. Comentó que "eso no pretendía poner fuera de la ley la oración o la creencia en Dios. En una sociedad plural como la nuestra, ¿quién debe determinar qué oración debe ser dicha y por quién? Legalmente, constitucionalmente o de otra manera, el Estado no tiene ciertamente ese derecho".
Ciencia y religión
Para Luther King, si la violencia y la guerra habían devenido tan destructoras era porque la rapidez del progreso científico había sobrepasado a la del desarrollo de la ética y la moral, que no siempre podían restringir sus aplicaciones negativas. Aunque subrayaba con humor que "nuestro poder científico había desbordado nuestro poder espiritual. Tenemos misiles guiados y hombres desorientados", no señalaba, sin embargo, a la ciencia como responsable de todos los males y apelaba a su complementariedad con la religión y la ética en el desarrollo humano:
La ciencia investiga; la religión interpreta. La ciencia da al hombre el conocimiento que es el poder; la religión da al hombre la sabiduría que es el control. La ciencia se ocupa principalmente de los hechos; la religión se ocupa principalmente de los valores. Las dos no son rivales. Son complementarias.
Fuentes e inspiraciones
Martin Luther King escribió que su primer encuentro con la idea de la desobediencia civil no violenta fue al leer On Civil Disobedience de Henry David Thoreau, en 1944, cuando estaba en el Morehouse College:
Ahí, con ese valiente rechazo de un hombre de Nueva Inglaterra a pagar sus impuestos y su elección de ir a prisión antes que sostener una guerra que extendería los territorios de la esclavitud a México, tuve mi primer contacto con la teoría de la resistencia no violenta. Fascinado por la idea de rechazar el cooperar con un sistema maléfico, quedé tan profundamente conmovido que releí el libro varias veces.
Thoreau le hace tomar conciencia de que una lucha activa pero no violenta contra el mal era tan justa y necesaria como ayudar al bien, y que los medios y formas de esta lucha eran innumerables:
He llegado a convencerme de que la no cooperación con el mal es tan obligación moral como la cooperación con el bien. Ninguna otra persona ha sido más elocuente y apasionada en difundir esta idea que Henry David Thoreau. Como consecuencia de sus escritos y de su testimonio personal, somos los herederos de un legado de protesta creativa. Las enseñanzas de Thoreau han revivido en nuestro movimiento de los derechos civiles; de hecho, está más vivas que nunca. Que sean expresadas por un sit-in en un restaurante, un autobús de la libertad en Mississippi, una manifestación pacífica en Albany (Georgia), un boicot de autobuses en Montgomery (Alabama), todo ello es la cosecha de la insistencia de Thoreau en que se debe resistir al mal y que ningún hombre moral puede conformarse pacientemente con la injusticia.
El dirigente de los derechos civiles, teólogo y educador Howard Thurman tuvo también muy pronto una influencia sobre él. Era compañero de clase del padre de Martin en el Morehouse College, y se convirtió en el mentor del joven Martin Luther y de sus amigos. El trabajo de misionero de Thurman lo había llevado al extranjero donde se había encontrado y conversado con Mahatma Gandhi. Cuando Martin Luther King estuvo en la universidad de Boston, visitaba con frecuencia a Thurman, que era el deán de la capilla de Marsh.
El activista de los derechos civiles Bayard Rustin, que había tenido a Mahatma Gandhi como profesor, aconsejó a Martin Luther King seguir los principios de la no violencia desde 1956. Le sirvió de consejero y de mentor en sus comienzos y sería el organizador principal de la marcha a Washington. No obstante, la homosexualidad reconocida por Bayard, su compromiso con el socialismo democrático y sus relaciones con el Partido comunista de los Estados Unidos hicieron que numerosos dirigentes negros y blancos pidiesen a Martin Luther que mantuviese las distancias con él.
Muy inspirado por los éxitos del activismo no violento de Mahatma Gandhi, Martin Luther King visitó a su familia en la India en 1959, con la ayuda del grupo de cuáqueros de la American Friends Service Committee (AFSC) y del NAACP. El viaje lo afectó profundamente, mejorando su comprehensión de la resistencia no violenta y su implicación en la lucha por los derechos civiles estadounidenses. En un mensaje radiofónico durante su último día en la India, anunció:
Tras mi estancia en la India, estoy más convencido que nunca que el método de resistencia no violenta es el arma más poderosa posible para los pueblos oprimidos en su lucha por la justicia y la dignidad humana. En un sentido literal, Mahatma Gandhi encarna en su vida ciertos principios universales que son inherentes a la estructura moral del universo, y estos principios son tan ineluctables como la ley de la gravedad.
LegadoHomenajes
Galería de mártires del siglo XX de la abadía de Westminster, de izquierda a derecha: la madre Elisabeth de Russie, el reverendo Martin Luther King, el arzobispo Óscar Romero y el pastor Dietrich Bonhoeffer.Martin Luther King fue nombrado persona del año por Time Magazine en 1963.
En el discurso de presentación que se le dedicó por parte de los organizadores con motivo de la entrega del Premio Nobel de la Paz en 1964, Martin Luther King fue descrito como "la primera persona del mundo occidental que ha demostrado que una lucha puede ser ganada sin violencia, la primera en haber hecho de su mensaje de amor fraternal una realidad a lo largo de esa lucha, y la que ha llevado ese mensaje a todos los hombres, a todas las naciones y a todas las razas".
Recibió en 1965 la medalla de las libertades estadounidenses del Comité Judío Estadounidense "por su excepcional fomento de los principios de las libertades humanas". En la ceremonia de recepción del premio dijo que la libertad era una cosa, y que o se tenía entera o no se era libre.
El mismo año recibió el premio Pacem in Terris (paz en la tierra, en latín) basado en la encíclica Pacem in Terris del papa Juan XXIII.
En 1966, la federación de planificación familiar de América le otorgó el premio Margaret Sanger "por su valiente resistencia a la beatería y por su vida consagrada al progreso de la justicia social y de la dignidad humana".
Martin Luther King recibió 20 Doctorados honoris causa de universidades estadounidenses y extranjeras.
Recibió también a título póstumo el premio Marcus Garvey del gobierno de Jamaica en 1968 y en 1971 recibió el Grammy Award a la mejor grabación hablada por su discurso Why I Oppose the War in Viêt Nam (Por qué me opongo a guerra del Vietnam).
El presidente Jimmy Carter lo galardonó con la Presidential Medal of Freedom a título póstumo en 1977.
En 1980, el barrio donde pasó su juventud fue declarado monumento histórico.
El 2 de noviembre de 1983, el presidente Ronald Reagan firmó una ley por la que se creó un día festivo en su honor, el Martin Luther King Day. Los primeros estados lo aplicaron en 1986 y el 17 de enero de 2000 el día festivo fue celebrado oficialmente en los 50 estados del país.
En 1998, la fraternidad Alpha Phi Alpha, a la que él pertenecía, fue autorizada por el Congreso de los Estados Unidos a crear un memorial.
Martin Luther King sería el primer afroamericano y el segundo no presidente en ser honrado con un monumento en el National Mall de Washington.
Martin Luther King está considerado como el autor de los más grandes discursos históricos de los Estados Unidos, junto con Abraham Lincoln o John Fitzgerald Kennedy.[111]
Más de 730 ciudades de los Estados Unidos tenían un calle Martin Luther King en 2006 y muchas otras han sido bautizadas con su nombre en el mundo entero.
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