
Madre Teresa de Calcuta (
26 de agosto de
1910,
Uskub,
Imperio otomano (actual
Skopje,
República de Macedonia) –
5 de septiembre de
1997,
Calcuta,
India), nació como Agnes Gonxha Bojaxhiu. Fue una católica albanesa que se radicó durante décadas en la
India, y fundó las Misioneras de la Caridad en
1950. Por más de cuarenta años sirvió a los pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, y fue también quien guió a su fundación en diversos países del mundo hasta pocos meses antes de su muerte. Tras su deceso, fue beatificada por el Papa
Juan Pablo II, por lo que se le dio el título de Beata Madre Teresa de Calcuta.
Para la década del 70, ya era conocida internacionalmente teniendo una importante reputación humanitaria y considerada una gran defensora de los pobres e indefensos. En
1979 obtuvo el
Premio Nobel de la Paz, y un año después, en
1980 y en la India, uno de los más relevantes galardones civiles allí.
Ella ha sido elogiada por diferentes gobiernos, organizaciones y personas famosas, aunque debió atravesar varias críticas como las de Christopher Hitchens, Michael Parenti, Aroup Chatterjee y Vishva Hindu Parishad. A su vez, revistas médicas realizaron objeciones sobre el estado financiero de sus instituciones y su atención médica.
Infancia y juventud
Agnes Gonxha Bojaxhiu nació el
26 de agosto de
1910 en la ciudad de
Uskub, en
Imperio otomano (actualmente
Skopje, capital de
República de Macedonia) que en aquel entonces era una pequeña ciudad de veinte mil habitantes bajo el dominio turco, pero que había pertenecido durante mucho tiempo a
Albania. Sin embargo, ella consideraba como su día de cumpleaños el
27 de agosto, por ser el día en que fue bautizada, y como fecha de nacimiento
1946, cuando se inició asiduamente en la religión. Tuvo dos hermanos: Lázaro (1907-1981) y Age (1904-1973), con los que tuvo una muy buena relación; y sus padres fueron Nikolle Gonxha (1878-1919) y Dranafile Bojaxhiu (1889-1972), un matrimonio exiliado. En
1912, cuando Gonxha tenía sólo dos años,
Skopje se liberó del dominio turco y logró la independencia como capital de la república albanesa de
Macedonia, pero pocos años después cayó bajo el poder sucesivo de
Serbia,
Grecia y
Bulgaria, en las sangrientas guerras balcánicas. En Skopje, los cristianos eran el 60% de la población, subdivididos en ortodoxos y católicos, mientras que los musulmanes representaban el 35%, pero poseían la mayor cantidad de templos.
"Desde que era muy joven sentía esa vocecilla interna que me decía `tienes que hacer algo`, `no puedes quedarte con los brazos cruzados`, `si tú no lo haces, nadie lo hará`, y esa voz me ha acompañado el resto de mi vida y es la que me ha llevado a estar trabajando hasta el final de mis días. Pero, no, nunca pensé en la jubilación como ustedes lo entienden, sería más un retiro en mi lenguaje, pero esa voz no paraba y me hacía seguir."
Región de
Skopje.
Su padre, que estaba involucrado en la política de Albania, murió en
1919 a los 41 años cuando ella tenía tan solo ocho, luego de que había sido trasladado a un hospital por una sensación de malestar tras una comida (supuesto envenenamiento). Después de la misteriosa muerte de su papá, su madre la crió como católica, concurriendo usualmente a la Parroquia Jesuita del Sagrado Corazón y estudiando en la escuela estatal. Recibió su Primera Comunión a la edad de cinco años, y a los seis la Confirmación. Para los doce años, ya estaba convencida de que se dedicaría al cristianismo. De niña, Gonxha entró a la congregación de las Hijas de María, que tenía una filial en su parroquia. Ella se fue de su casa para unirse como misionera junto a las Hermanas Loreto, y jamás volvió a ver a su madre y a su hermana.
Comienzos
Primeramente, se dirigió con una amiga a la Abadía de Loreto en
Irlanda, para aprender el idioma inglés, con el cual las Hermanas enseñaban a los niños en su escuela de
India. Llegó a aquel país en 1929, y comenzó su período de formación en Darjeeling, cerca de las montañas del Himalaya.Hizo sus primeros votos de pobreza, castidad y obediencia como monja el
24 de mayo de
1931: en ese momento eligió el nombre de Teresa, en honor a
Thérèse de Lisieux, la santa patrona de las misioneras; e hizo su profesión convirtiéndose en "Esposa de Cristo para toda la Eternidad" y miembro de las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto, a la cual se había integrado luego de varias etapas llevadas a cabo en
Viena,
Berna,
París,
Londres y
Dublín."La experiencia que me hizo decidirme a trabajar dedicada a los más pobres, fue un 10 de Septiembre del 1947, cuando caminando por las calles de Calcuta tropecé con el cuerpo de una mujer moribunda, la levanté, caminé hasta un hospital cercano y pedí una cama para ella; la mujer murió en esa cama, la primera, la única y la última cama que tuvo en su vida. Esta imagen me seguía y me preguntaba porque Dios permitía eso, en el silencio de la noche encontré la respuesta, Dios me dijo: `claro que he hecho algo para solucionar esto, te he hecho a ti`".
A pesar de su ascenso, ella estaba muy perturbada por la extrema pobreza que atravesaba la región, agravada por la hambruna de
Bengala en
1943 y la violencia de hindúes y musulmanes en
agosto de
1946. Continuó enseñando en el Colegio Santa María (St. Mary), convirtiéndose en directora del centro en
1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que la Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.
El
10 de septiembre de
1946, se sintió llamada por Dios, y por lo que más tarde definió como “la llamada de la llamada”. Después, hizo uno de sus retiros anuales. "Iba a dejar el convento y ayudar a los pobres, viviendo entre ellos. Era una orden. Si fracasa, se había de romper la fe." Teresa comenzó su labor entre los más necesitados en
1948, cuando adoptó la ciudadanía india y el Papa
Pío XII, el
12 de abril de aquel año, la autorizó a salir del convento, entregándose por completo a los pobres. Aventurada en los barrios más precarios y con un sari blanco con bordes azules, colaboró en una escuela de Motijhil, atendiendo las necesidades de los indigentes y hambrientos. Sus esfuerzos rápidamente sorprendieron a la población, incluso al primer ministro, quien expresó su agradecimiento. Ella recordaba que sus primeros años habían sido muy difíciles económicamente, debido a la falta de ingresos y suministros, y por la tentación de regresar al convento. Recibió entrenamiento de enfermera durante tres meses en Patna, con las Hermanas Misioneras Médicas de Norteamérica, y retornó en Navidad al país ya mencionado donde desarrolló una valorable carrera.
"Nuestra misión es cuidar de "los hambrientos, los desnudos, los sin hogar, los lisiados, los leprosos, toda esa gente que se siente indeseada, rechazada, sin cariño, para traerlos de vuelta a la sociedad, a esa sociedad para la que se han vuelto una carga y los evita."
Su trabajo inicial fue enseñarles a leer a los niños en la calle. El
7 de octubre de
1950, recibió una autorización de la Santa Sede (Vaticano) para iniciar la congregación diocesana, que se convertiría en el Misioneras de la Caridad. Su misión era velar por "los hambrientos, los desnudos, los sin techo, los lisiados, los ciegos, los leprosos, cuidar de toda esa gente que se siente indeseada, desamada, desprotegida por toda la sociedad, personas que se han convertido en un carga para la sociedad y son rechazadas por todos." Inicialmente, solo tenía 13 miembros, pero actualmente posee más de 4000 monjas que se presentan activamente en orfanatos, hospicios y centros de SIDA en todo el mundo para la caridad y el cuidado de los refugiados, las personas con discapacidad visual, auditiva, ancianos, alcohólicos, los pobres y personas sin hogar y víctimas de las inundaciones, las epidemias, el SIDA y la hambruna.
Las Misioneras de la Caridad
Ya en
1952, abrió el primer lugar para moribundos, un espacio puesto a disposición por la ciudad de
Calcuta, es decir, el viejo y abandonado Templo Hindú dedicado a la diosa Kali, fue convertido en un hogar gratuito para los moribundos y los pobres. Pero el lugar, fue renombrado por la religiosa como Kalighat, la Casa del Corazón Puro. A pesar de que varios de los ingresados murieron, tuvieron la oportunidad de morir con dignidad –como ella decía–, de acuerdo con los rituales de su fe: musulmanes leían el Corán, los hindúes recibieron agua del Ganges, y los católicos recibían los últimos sacramentos. En
septiembre el Presidente le otorga el Padna Sri u Orden de Loto y continuamente, el Premio Magsaysay, reconociéndola como “una de las mujeres más beneméritas de
Asia”. Luego, fundó un centro titulado Shanti Nagar para aquellos individuos que padecían la enfermedad de Hansen, comúnmente conocida como
lepra. Las Misioneras de la Caridad establecieron varias clínicas y otorgaron medicamentos, vendas y alimentos. El Papa
Pablo VI, con ocasión de su viaje a Bombay, le regaló un vehículo marca
Lincoln, el cual fue instaurado en una rifa y con el dinero obtenido, hicieron un gran centro para leprosos denominado Ciudad de la Paz, al igual que Don de la Paz, un lugar de rehabilitación producto de la plata perteneciente al Premio Juan XXIII. A medida que hubo un aumento de niños perdidos, sintió la necesidad de crear un lugar para ellos. En
1955 abrió la Nirmala Shishu Bhavan, el Hogar del Niño del Inmaculado Corazón, como un refugio para los huérfanos y los jóvenes sin hogar. Para los primeros años de la década de 1960 ya había inaugurado diversos hospicios, orfanatos y casas de leprosos en toda la
India. En
1963 se inauguró Los Hermanos Misioneros de la Caridad junto a fray Joseph Langford. A continuación de la autorización del Papado, amplió la orden en todo el mundo, comenzando en
Venezuela en
1965, contando tan solo con cinco Hermanas, mientras que para
1968 ya existía en
Roma,
Tanzania y
Austria, hasta que se abarcó gran parte de
Asia,
África,
Europa y los
Estados Unidos.
"Cuando alguien muere, podemos tener la certeza de que ha vuelto a su hogar, al lado de Dios. Ese también será nuestro lugar, al que tendremos que regresar un día... Todas las almas son valiosas a los ojos de Jesucristo, que pagó por su redención con su propia sangre... En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo. Este amor debe resultar del sacrificio de sí mismos y ha de sentirse hasta que haga daño."
Teresa de Calcuta en
1981 durante un viaje a
Colombia.
Entre el
26 de marzo y el
16 de diciembre de
1971 ocurrió la
Guerra de Liberación de Bangladesh, batalla entre la India y
Pakistán, que produjo varias violaciones a mujeres, muchas de las cuales se suicidaron, enloquecieron y otras huyeron. Además, se les había prohibido contraer matrimonio y tener hijos. La Madre Teresa junto a sus Hermanas establecieron sitios para acogerlas y brindarles todas las necesidades que necesitaran, y el
Gobierno otorgó la asistencia de unas 15 Hermanas más debido a la gran cantidad de necesitados. Al hecho, luego se le sumó el apoyo para que volvieran a reconstruir su
matrimonio, adoptar hijos y regresar a sus pueblos, motivo por el cual recibió el agradecimiento del Primer Ministro, quien relató que éstas jóvenes deberían ser consideradas como heroínas nacionales.
El reconocimiento que obtuvo inconcientemente, ya que su objetivo era solo ayudar, estuvo acompañado por críticas. David Scott escribió que la Madre Teresa se limitó a mantener viva a la gente en lugar de luchar contra la pobreza en sí. Medios gráficos como The Lancet y el British Medical Journal, publicaron que la calidad de atención que se brindaba a gente con enfermedades terminales era mala, como las condiciones de vida, respectivamente. A su vez, se hablo de la reutilización de agujas hipodérmicas y el uso de agua fría para el aseo de los refugiados. El Dr. Robin Fox, editor de una de las revistas anteriores, describió la atención médica como "fortuita", con voluntarios sin conocimientos médicos que tuvieron que tomar decisiones sobre el cuidado del paciente, debido a la falta de doctores.
En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, en
1981 la Madre Teresa inició también el Movimiento Corpus Christi para Sacerdotes y en
1984 fundó con el Padre Joseph Langford los Padres Misioneros de la Caridad para combinar los objetivos profesionales de los Misioneros de la Caridad con los recursos del sacerdocio ministerial.
Sus llegadas a Argentina
En
Argentina, las Hermanas Misioneras de la Caridad establecieron su primera sede en
Zárate, en
1978. Inicialmente, se cuidaban a ancianos, pero luego se recogieron a unos 50 niños. Más tarde, las seguidoras de la Madre Teresa fundaron otro hogar en Frontera, provincia de
Santa Fe, y un centro para madres solteras en la localidad bonaerense de
Beccar, cuidando también discapacitados y ancianas. El hogar, dirigido por la hermana Carla, se encarga asimismo de repartir alimentos entre las familias carecientes de la cercana villa de La Cava, con la ayuda de sacerdotes de la zona y de asistentes. Cada fin de año, las hermanas juntan grandes cantidades de alimentos y los reparten, a modo de regalos de
Navidad. Aunque ya hay aspirantes argentinas, todas las misioneras que se encuentran en nuestro país han venido de la
India. La orden recibe donaciones privadas y de empresas, pero no son suficientes para su constante labor. Muchas veces deben recurrir a la ayuda de otros centros, principalmente de los
Estados Unidos. Uno de los últimos de los hogares de la orden fue fundado el
18 de julio de
1997, en Benavídez, conocido como Hogar Betania. Allí se atiende a enfermos terminales de
SIDA.
Visitó por primera vez el país en
julio de
1979, antes de recibir el Nobel de la Paz, y por segunda y última vez en
septiembre de
1982. Sin embargo, en los dos casos, fue recibida por presidentes de facto:
Jorge Rafael Videla y
Reynaldo Benito Bignone, actualmente en prisión. En una oportunidad aquí, dijo: "Nuestra única tarea es alimentar a quienes no tienen comida, vestir a quienes no tienen vestimenta y amar a los que necesitan ser amados".
Meny Bergel, miembro de la Academia Nacional de Ciencias, dedicó su vida a combatir la lepra y se convirtió en uno de los especialistas más reconocidos del mundo. Él mantuvo una relación de amistad con la Madre Teresa, a quien conoció a fines de los 60. Además, consiguió que ella viajara a
Argentina para entregarle el premio Mitzuda, que otorga el Instituto Leprológico de Rosario.
Debido al período militar que se atravesaba, Agnes estuvo a punto de perder un terreno en Zárate, que había sido donado a su congregación.
Caridad internacional
En
1982, con motivo del Sitio de Beirut, encabezado por el ejército israelí y las guerrillas palestinas, la Madre Teresa rescató a 37 chicos atrapados en un hospital de primera línea. Acompañada por trabajadores del movimiento humanitario
Cruz Roja, visitó y recogió a varios jóvenes de un hospital devastado por la guerra. A finales de los 80 y en
Europa Oriental, ella amplió sus esfuerzos a los países comunistas, que la habían ignorado anteriormente. Afrontó reproches sobre su constante lucha contra el aborto y el divorcio. En
1986 visitó
Cuba y se entrevista con el mandatario
Fidel Castro.
Se trasladó a la URSS y viajó para atender y asistir a los hambrientos en
Etiopía, las víctimas de
Chernobyl y las de un terremoto de
Armenia. Por ese gesto las autoridades comunistas le otorgaron la Medalla de Oro del Comité Soviético de Paz y le dieron permiso para instalar un centro de la congregación en ese Estado oficialmente ateo. En
1991 volvió a su país natal por primera vez y abrió una casa de Hermanos Misioneros de la Caridad en
Tirana.
"Por una cosa ruego siempre: por los jóvenes. Es hermoso ver a un joven que ama a una joven, y viceversa; pero asegúrense de que el día en que se casen, tengan un corazón puro; que sea un corazón virtuoso, lleno de amor. Un corazón transparente, inocente lleno de humildad."
En
1994, Christopher Hitchens al igual que la revista alemana Popa atacó duramente a la Madre en un polémico documental para la televisión, en donde la trató de "ángel del infierno" y la acusó de "demagoga, oscurantista y sirviente de las potencias occidentales", aduciendo que el objetivo de Teresa no era el de ayudar a enfermos y moribundos sino el de realizar una cruzada contra los anticonceptivos y el aborto provocado. También, se indicó que había aceptado donaciones de la familia Duvalier, de
Haití, y 1,4 millones de dólares de
Charles Keating, involucrado en un escándalo de ahorros y préstamos a fines de la
década de 1980. El vicefiscal del distrito de
Los Ángeles, Paul Turley, envió un comunicado a la Madre Teresa para que devolviese el dinero donado a la gente que había robado Keating.
A lado del senador Orrin Hatch en una convención nacional del derecho a la vida.
En
1996, ella estaba operando 517 misiones en más de 100 países. Con el tiempo, Teresa poseía ya unos 450 centros de ayuda en todo el mundo. En
Estados Unidos, hubo principalmente en
Nueva York y
Washington sitios para personas con SIDA.
Colette Livermore, un ex misionero de la Caridad, describe sus razones por la cual abandonó el establecimiento en un libro que publicó. Livermore encontró lo que llamaba "Madre Teresa de la teología del sufrimiento" a tener fallas, a pesar de ser una persona buena y valiente. Aunque la Madre Teresa instruyó a sus seguidores sobre la importancia de difundir el Evangelio a través de acciones en lugar de lecciones teológicas, Livermore no podía conciliar esto con algunas de las prácticas de la organización.
Unos 800 millones de hindúes y más de 100 millones de indios musulmanes conocían su nombre y la consideraban como una santa, incluso sin compartir sus convicciones religiosas. Por el contrario, la Madre Teresa había sido criticada por los ortodoxos o los ultranacionalistas hindúes que, alabando su obra social, no ocultaban su desconfianza sobre los motivos de su acción. Bal Thackeray, jefe de una organización ultranacionalista en el poder en Bombay, la acusó de intentar convertir a los hindúes al
cristianismo.
"La humildad de Dios reside en que nos utiliza a ti y a mí para llevar a cabo Su gran obra. No debemos apartarnos de las tareas humildes porque son labores que nadie quiere hacer. Nada es demasiado insignificante. Somos tan pequeños, que miramos todo desde una óptica de pequeñez. Pero el Señor, siendo todopoderoso, ve hasta lo más pequeño como grande."
Cuando, en
agosto de
1996, la Madre Teresa estuvo al borde de la muerte, Samir Bandhopadhyay, uno de los once responsables del principal templo hindú de
Calcuta, declaró: "La mayor parte de los brahmanes no piensa que haga mucho bien a las masas, porque su objetivo último es la conversión. Nosotros desconfiamos de las misioneras", añadió. Otros no comparten esta opinión. El reverendo Noel Sen, pastor del templo protestante de San Pablo, de Calcuta, consideraba que la Madre Teresa se había convertido en una santa en vida y que su obra "hablaba" por ella.
Vida espiritual
Analizando sus obras y logros,
Juan Pablo II le preguntó en una ocasión de dónde encontraba la fuerza y la perseverancia para ponerse totalmente al servicio de los demás. Ella la encontró en la oración y en la contemplación religiosa de
Jesucristo.
La Madre Teresa confesó que sentía que había perdido el sentimiento de la cercanía con Dios, algo que muchas personas malinterpretaron, por lo que el reverendo Brian Kolodiejchuk, su postulador, (el funcionario responsable de reunir los elementos de prueba para su santificación) explicó que la fe de Dios en la Madre permanecía inalterada. Otros santos también han experimentado dudas religiosas. La misionera describió, después de diez años de duda, un corto lapso de fe renovada, que se pudo notar durante una misa por el fallecimiento del Papa
Pío XII en el otoño de
1958. Pero, cinco semanas más tarde, admitió regresar a sus dificultades.
"La gente a menudo no es razonable, es ilógica y egoísta; perdónalos de todas formas. Si eres amable, la gente puede acusarte de egoísta o tener intenciones ocultas; sé amable de todas formas. Si tienes éxito, te ganarás algunos falsos amigos y algunos verdaderos enemigos; ten éxito de todas formas. Si eres honesto y franco, la gente puede engañarte; sé honesto y franco de todas formas. Lo que tú puedes estar años construyendo, alguien podría destruirlo en una noche; construye de todas formas. Si encuentras la serenidad y felicidad, la gente puede sentir celos de ti; se feliz de todas formas. El bien que haces hoy, la gente posiblemente lo olvidará mañana; haz el bien de todas formas. Da al mundo lo mejor que tengas, e incluso podría no ser suficiente; da al mundo lo mejor que tengas de todas formas. Sabes, en el análisis final, se trata de algo entre Dios y tú; nunca entre tú y la gente de todas formas."
Sandro Pertini y la Madre Teresa.
Escribió muchas cartas a sus confesores y superiores durante un período de 66 años. Ella había pedido luego que las cartas fueran destruidas por temor, pero éstas fueron recopiladas en Madre Teresa: ven y sé mi luz. Cuando le envió un comunicado al confidente espiritual Michael van der Peet ella le escribió "Jesús tiene un amor muy especial para usted", y también le pidió que rezara por el enorme vacío y silencio que sentía interiormente.
Una notable cantidad de medios de comunicación se han referido a los escritos de la religiosa como una indicación de “crisis de fe”.Nuevamente, Hitchens ha dicho que éstos comunicados fueron hechos para otorgarle publicidad a la Madre, a pesar de sus creencias personales y acciones. Contrariamente, el Vaticano confirmó que las cartas no harían detener su camino hacia la santidad.
En su primera encíclica Deus Caritas Est,
Benedicto XVI mencionó a Teresa de Calcuta tres veces: el actual Papa confirma que la oración es una fuente inagotable para realizar todo tipo de acciones relacionadas con la bondad. Con respecto a las anteriores palabras, la Madre explicó sobre el orar: "Es sólo por la oración mental y lectura espiritual que podemos cultivar el don de la oración."
Ella se confesó como admiradora de
San Francisco de Asís. Todas las mañanas, las Hermanas de la Caridad recitan la oración de la paz de San Francisco durante la acción de gracias después de la
Comunión. El ya mencionado santo hizo hincapié en la pobreza, la castidad, la obediencia y la sumisión a Cristo. También dedicó gran parte de su propia vida al servicio de los pobres, especialmente a los leprosos en la zona donde vivía.
Reconocimientos y recepción en la India
Fue una gran amiga de
Diana de Gales. Ocasionalmente ambas murieron en 1997 con poco tiempo de diferencia.
En este país fue galardonada por primera vez en
1962, cuando recibió por parte del gobierno el Padma Shri. Décadas sucesivas, continuó obteniendo premios, como el Jawaharlal Nehru, de
1972 y, en
1980, el más alto galardón civil de la India: el Bharat Ratna.
Su biografía oficial fue publicada recién en
1992 por el funcionario indio Navin Chawla.
Aroup Chatterjee, que nació y creció en
Calcuta, pero vivió en
Londres, apuntaba que "ella no era una entidad significativa en Calcuta". El ya mencionado autor critica a la Madre Teresa por la promoción de una imágen negativa de su ciudad. El importante partido político fundado en
1980, Bharatiya Janata Party, se enfrentó con ella, pero la elogió luego de su muerte, enviando un representante para su velorio. Por su parte, la organización Vishva Hindu Parishad se opuso a la decisión del gobierno por realizar un funeral de estado.
"Usted se sorprenderá cuando le diga que en los barrios más pobres de muchas ciudades donde vivimos y trabajamos, al abordar a las personas que viven en casuchas, lo primero que nos piden no es pan ni ropa, pese a que muchas se están muriendo de hambre y andan casi desnudas. Nos piden que les enseñemos la Palabra de Dios. La gente tiene hambre de Dios. Anhela escuchar Su Palabra."
El secretario Giriraj Kishore dijo que "su primer deber era la Iglesia y el servicio social fue incidental" y la acusó de favorecer a los cristianos y llevar a cabo "bautismos secretos" de los moribundos. Pero, en su primera página tributo, la revista Frontline rechazó estas acusaciones como "patentemente falsas" y dijo que lo que habían hecho "no influye en la percepción pública de su trabajo, especialmente en Calcuta". También el autor del homenaje elogió su valentía y energía, y fue crítico de las campañas públicas de la Madre Teresa contra el aborto. Más recientemente, el diario El Telégrafo contradijo el motivo de sus actos.
En el resto del mundo
En
1962 recibe el Premio Ramón Magsaysay destinado a perpetuar su ejemplo de integridad en el gobierno, valiente servicio a la gente, y el idealismo pragmático en una sociedad democrática, destacando el trabajo en el sur o este de
Asia. A principios de
1970, la Madre Teresa se había convertido en una celebridad internacional. Su fama se puede atribuir en gran parte al documental Algo bello para Dios (1969), de Malcolm Muggeridge, quien publicó un libro con el mismo nombre en
1971. Durante el rodaje, el material fotográfico se obtuvo en lugares con poca iluminación, pero al momento de la revelación de las imágenes, éstas se encontraban correctamente. Tiempo después, Muggeridge se dedicó al catolicismo.
"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota."
Madre Teresa de Calcuta
Por aquellas épocas, el mundo entero comenzó a honrar a la Madre Teresa. En
1971, el Papa
Pablo VI, quien estuvo en su cargo durante más de 15 años, le entregó el Premio de la Paz Juan XXIII, elogiando su labor con los pobres, la visualización de la caridad cristiana y los esfuerzos por la paz. A este le siguió el Premio Templeton, en reconocimiento al progreso de los valores religiosos, y en
1976 recibió el Premio Pacem in Terris.
Teresa fue felicitada por diversos gobiernos y organizaciones civiles. Fue designada Compañera de Honor de la Orden de Australia en
1982 “por el servicio a la comunidad de Australia y de la humanidad en general”. A su vez,
Reino Unido y
Estados Unidos le otorgaron repetidamente premios, como la orden de Mérito en
1983 (RU) y la designación como "Ciudadana Honoraria de EEUU" el
16 de noviembre de
1996, pocos meses antes de su muerte. Su país natal,
Albania, le dio la Condecoración de Oro de la Nación en
1994: la aceptación de éste junto con la atribución de otro honor por parte del gobierno de
Haití, ha sido objeto de controversia. Universidades, ya sean de Occidente o de Oriente, le han concedido varios títulos honoríficos. Otros premios abarcan el Balzan, de
1978, para la promoción de la humanidad, la paz y la hermandad entre los pueblos, y el reconocimiento internacional Albert Schweitzer (1975).
En
1979 se le atribuyó su máximo galardón: el Premio Nobel de la Paz, "al trabajo emprendido en la lucha para superar la pobreza y angustia, lo cual constituye una amenaza para la paz." Constituía 192.000 dólares, que ella pidió que se les dieran a los pobres de la India. Cuando la Madre Teresa recibió el premio, se le preguntó, "¿Qué podemos hacer para promover la paz mundial?" y ella respondió "Vete a casa y ama a tu familia". En su conferencia sobre el premio, que le entregó el rey
Olaf V de
Noruega, la religiosa dijo: “Lo acepto para la gloria de Dios y de su pueblo, el más pobre entre los pobres”. También apuntó que el aborto es uno de los mayores destructores de la paz.
"No basta con que digamos: Yo amo a Dios pero no amo a mi prójimo. San Juan dice que somos mentirosos si afirmamos que amamos a Dios y no amamos a nuestro prójimo. Es muy importante para nosotros darse cuenta de que el amor para que sea auténtico tiene que doler."
Hacia el final de su vida, la Madre Teresa obtuvo críticas de
Occidente. El ya nombrado Hitchens, fue el encargado de co-escribir y narrar el documental El Ángel del infierno, transmitido para los británicos por Canal 4, cuya realización estuvo alentada por Aroup Chatterjee. Por su parte, Hitchens amplió sus reproches en el libro La posición del misionero (1995). Chatterjee confesó que la Madre y sus biógrafos se habían negado a colaborar en sus investigaciones, y que ella no pudo defenderse de la crítica occidental, como el informe publicado por el diario británico The Guardian, que atacó a la condición de sus orfanatos, o el documental Madre Teresa: tiempo para el cambio, que fue difundido en varios países europeos.
En el primer aniversario de su deceso, la revista alemana Popa, lanzó un artículo que hablaba sobre las cuestiones financieras y el gasto de las donaciones. Otros comentarios provinieron de Tariq Ali, un miembro del comité de la editorial New Left Review, y el periodista de investigación irlandés Donal MacIntyre.
Al momento de su muerte, el Primer Ministro de Pakistán
Nawaz Sharif dijo que ella era "una persona rara y única que vivió mucho tiempo para propósitos más elevados. Su devoción por la vida para el cuidado de los pobres, los enfermos y los desfavorecidos es uno de los mejores ejemplos de servicio a nuestra humanidad." El ex-Secretario General Javier Pérez de Cuéllar expresó: “Ella es la paz en el mundo”. Fue apoyada por Galuup, con sede central en
Washington, y en
1999 fue considerada como “la más admirada del siglo XX” por una encuesta de
Estados Unidos.
Disminución de la salud y muerte
Luego de su visita al Papa
Juan Pablo II, con el que viajó en el papamóvil en
1983 y
1986, sufrió en
Roma un ataque al corazón y finalmente, tras un segundo episodio en
1989, recibió un marcapasos artificial. En
1991 se recuperó de una
neumonía y de una intervención quirúrgica, y durante una estadía en
México, tuvo más problemas cardíacos. Oponiéndose a continuar en su cargo como jefa de las Misioneras de la Caridad, por medio de votos, sus compañeras eligieron que aún se quedara, y aceptó. En
1993 fue ingresada en el Hospital de las Naciones Unidas de Nueva Delhi a raíz de una congestión pulmonar, que le provocó entre otros síntomas, fiebre.
En
abril de
1996, la Madre Teresa se cayó y se rompió la clavícula. Para
agosto, sufría malaria, infección en un pecho e insuficiencia en el ventrículo izquierdo de su corazón, por el cual debió intervenirse quirúrgicamente de éste, pero ya se notaba que su salud estaba declinando. A su vez, estaba agravada porque no se alimentaba correctamente por la gran cantidad de actividades, llegando a pesar solamente 44 kilogramos, y teniendo artritis y problemas de visión.
La misionera en
Alemania,
1986.
De baja estatura –1, 55 mts.–, cuando se enfermó nuevamente, tomó la controvertida decisión de ser tratada en un hospital bien equipado en
California (EEUU), en lugar de sus propias clínicas. El arzobispo de Calcuta, Henry Sebastian D'Souza, dijo que ordenó a un sacerdote para llevar a cabo un exorcismo en la Madre Teresa con su permiso cuando fue hospitalizada con problemas cardíacos primero porque pensaba que ella puede ser atacada por el diablo. En los últimos años de su vida debió someterse a diez internaciones y cuatro operaciones de corazón.
El
13 de marzo de
1997 renunció a su cargo de guía de las Hermanas, tras 47 años al frente de ésta, por lo que fue reemplazada por sor Nirmala. Mantuvo una buena relación con
Lady Di, quien le confesó su admiración el
18 de junio de
1997, cuando visitaron ambas un sidario. Meses antes de su muerte se había vuelto a reencontrar con
Juan Pablo II, y una semana antes de su deceso, viajó a
Santo Tomás, Calcuta.
El día
5 de septiembre de
1997 por la mañana, amaneció con un dolor de espalda agudo. Después de desayunar, ella hizo su trabajo diario, firmó cartas y contestó llamadas telefónicas. Después, teniendo un terrible dolor, se acercó a un portarretrato de
Jesús y lo besó. Cuando una de sus compañeras ingresó a su habitación, la vio retorciéndose por el dolor que padecía. A las 8:10 AM las Hermanas la escucharon decir “No puedo respirar”, por lo que presumieron que podría ser otro ataque al corazón. Extrañamente, se cortó la luz. Con el regreso de ésta pocos instantes después, una de las misioneras trató de buscar las inyecciones y conectar el oxígeno a la máquina respiratoria, pero al sostenerle el respirador, volvió a cortarse la electricidad, por lo que se suspendió el funcionamiento de los aparatos. Rezando, la Madre Teresa seguía y respondía a la oración a pesar de su estado. Se le dio la Extremaunción, y el médico comenzó a suministrarle
oxígeno. Tras suspirar dos veces, falleció a la edad de 87 años.
Teresa de Calcuta en sus últimos años.
Al día siguiente, el diario argentino La Nación titulaba en su tapa Tristeza mundial por la muerte de la Madre Teresa, mientras que Clarín publicó Murió la Madre Teresa, un símbolo del amor y la caridad cristiana. En el momento de su muerte, las Misioneras de la Caridad tenía más de 4.000 hermanas y una hermandad de 300 miembros asociados, que operan 610 misiones en 123 países.
El Vaticano dijo que el Papa
Juan Pablo II fue notificado rápidamente de la muerte de la religiosa y de inmediato oró por ella. El planeó celebrar una misa In Memoriam el sábado en Castelgandolfo, su residencia de verano, a las afueras de
Roma.
"La muerte de la Madre Teresa conmovió su corazón muy profundamente" porque el Sumo Pontífice valoraba la dedicación de la religiosa a los pobres, dijo un vocero del Vaticano, el reverendo Ciro Benedettini. El domingo después de su funeral, el Papa alentó al mundo a continuar con su obra de bien y dijo que "La Madre Teresa alumbró una llama de amor, que sus hermanas y hermanos deben continuar alimentando ahora. El mundo tiene tanta necesidad de esta llama... aprendió a ver la cara de Dios en el rostro de todo ser humano. Es preciso que hombres y mujeres, en todas partes, continúen su obra. Los pobres están siempre con nosotros... Deben figurar en el centro de nuestras preocupaciones personales, de nuestra acción política, de nuestros votos religiosos", dijo el Papa.
Funeral de Estado
A las diez de la mañana, los doce mil asistentes al estadio cubierto Netaji se pusieron de pie e hicieron silencio. Cardenales y arzobispos ingresaron en el campo caminando ceremoniosamente sobre una alfombra roja. A sus espaldas, llegaba una banda militar de gala, seguida por la escolta de honor que llevaba sobre sus hombros el ataúd blanco con el cuerpo embalsamado y la bandera de la
India. En las tribunas, la emoción fue irreprimible. En llantos y expresiones de dolor se hizo evidente la congoja acumulada a lo largo de siete días. Tras un breve saludo, los oficiales depositaron el féretro frente al altar. En las filas próximas al cuerpo de la Madre, estaban sentados los dignatarios extranjeros, los representantes de la
Santa Sede y las autoridades del ejército de la
India.
A sus espaldas se encontraban los funcionarios locales junto a sus familiares, y en un sector reducido de las tribunas, un grupo de hermanas. La mayor parte de las integrantes de la congregación permanecieron en los hogares trabajando junto a los pobres: "Así lo hubiera querido la Madre", explicó la hermana Polita, que se quedó en Prem Dan velando por el bienestar de los pacientes.
Teresa en la
India,
1988.
La ceremonia comenzó con un canto del coro conformado por 200 hermanas y un discurso de agradecimiento del cardenal De Sousa, arzobispo de
Calcuta. A continuación se celebró la misa. Las lecturas se hicieron en bengalí, indostaní e inglés. Del Evangelio se escogió a San Mateo 25:35-36, una de las citas que más inspiración dio a la Madre Teresa.
El momento de mayor emotividad del servicio fue la entrega de las ofrendas. Un leproso, un niño discapacitado y una mujer presidiaria, integrantes de los hogares de las Misioneras de la Caridad, llevaron el agua, el vino y el pan al altar. Se calcula que dos millones de personas despidieron a la Madre en diversos lugares de Calcuta.
Visitantes ilustres
Mientras que los mandatarios occidentales vestían de negro, los funcionarios indios llevaban el tradicional atuendo blanco, como lo establece la tradición funeraria hindú. Al finalizar la misa y el discurso de agradecimiento de la hermana Nirmala, los visitantes depositaron las coronas junto al cuerpo de la Madre. De este homenaje participaron la
reina Sofía de
España y sus pares de
Jordania y
Bélgica, los presidentes de
Albania,
Italia y
Ghana.
Erman González, embajador argentino en
Italia, depositó una corona de flores. A la salida, comentó que venía a expresar el dolor del pueblo argentino por el lamentable deceso de la Madre Teresa.
En un acto de humildad, las hermanas cedieron los asientos próximos al altar a los religiosos que colaboraron con la orden. Entre ellos se encontraba un argentino, el padre Hugo Céliz, de la capilla de Santa María, de La Lucila. "Cuando me decidí a ser sacerdote soñé con un ideal de conducta, que tras muchos años de búsqueda encontré aquí, en la Madre Teresa y sus hermanas. Por eso, hoy me sentí muy triste, durante la misa no pude dejar de llorar, aunque la fe me dice que ella está en el cielo", manifestó.
La sepultura
Pasado el mediodía, finalizó el servicio. Al salir del estadio, el cuerpo embalsamado de la misionera fue colocado por la guardia de honor en el mismo carruaje que transportó los restos de
Mahatma Gandhi y de
Jawaharlal Nehru. Durante una hora, la procesión recorrió la ciudad, pasando por los jardines del Maiden y frente al Memorial de la
Reina Victoria. Miles de personas caminaron junto al carro que llevaba a la Madre Teresa. Entre la multitud se veían personas recientemente afeitadas en la cabeza, de acuerdo con una antigua costumbre hinduista de honrar a los padres difuntos.
Al arribar a la Casa Madre de la orden, un centenar de soldados de distintos cuerpos del ejército de la India bajaron las armas en señal de respeto a la misionera y flanquearon su paso. La procesión final estuvo liderada por un grupo de gaitas y finalizó con disparos al aire en su honor, como lo establece el protocolo de un funeral de Estado. "Hoy, una India ficticia se despidió de la Madre Teresa... la Madre hubiera querido ser despedida por un ejército de pobres y no por un grupo de generales con el pecho atiborrado de medallas, señaló Julián Campo, un voluntario español que desde principios de
1997 reside en
Calcuta.
Por la tarde, la Madre Teresa fue sepultada en la planta baja de la sede central de la Congregación. El servicio fue privado. La única asistente ajena al clero fue Agi Bojaxhiu, sobrina de la misionera, aunque al final llegó
Hillary Clinton.
La presencia de los pobres durante la semana de velatorio fue escasa. Al haber sido declarado funeral de Estado, la organización del servicio pasó de la dirección de las misioneras a las del gobierno, y la gente humilde quedó exenta, algo que provocó varios enojos y críticas.
Beatificación
Luego de su muerte, la Santa Sede consideró que se podría iniciar un proceso de beatificación. Para el tercer paso, la canonización, el Papa declararía que es una persona digna de culto universal, pero para ello se debe comprobar un segundo milagro. En
1998 se comprobó que la Madre Teresa sanó de manera inexplicable a una mujer (Mónica Besra) que padecía un
tumor maligno en el
abdomen. La mujer, madre de cinco hijos, ha contado a principios de la década anterior en
Roma que fue acogida por las monjas de la Madre Teresa tras haber sido desahuciada por los médicos.
Una noche en la que sufría y tenía el vientre cada vez más hinchado, una religiosa le colocó sobre el abdomen una imagen de la Virgen que había pasado por la túnica de la Madre Teresa durante la celebración del Premio Nobel, respectivamente. La sanación de aquella mujer ocurrió el
5 de septiembre de
1998, exactamente un año después del deceso de la Madre Teresa. Médicos indios, la Asociación de Ciencias y Racionalismo de la India e incluso el marido de Besra han puesto en duda su curación milagrosa, asegurando que la mujer se salvó sólo gracias a la medicina que tomó durante nueve meses.
Juan Pablo II, el encargado de la beatificación.
El proceso de beatificación de la Madre, comenzó dos años después de su muerte gracias a una dispensa papal para no tener que esperar a que transcurrieran cinco años desde su deceso, como establece el Derecho Canónico.
El Vaticano llamó a Christopher Hitchens para que demuestre algún testimonio que pudiera estar en contra o interrumpir el proceso de beatificación. Allí, el aclaró que ella no trabajaba por los pobres, sino que lo hacía por Cristo y por la Iglesia y que su objetivo era ampliar la cantidad de católicos. La Congregación para las Causas de los Santos se encargó de investigar sus palabras, pero fueron rechazadas y descomprobadas.
El domingo
19 de octubre de
2003 a las 10:15 horas, mientras se encontraban presentes más de 300.000 personas en la plaza de San Pedro, las calles y las plazas, fue proclamada Beata por el Papa
Juan Pablo II, que ya contaba con 82 años y 24 en su cargo. A la celebración han asistido medio millar de las Misioneras de la Caridad, 150 cardenales y 400 obispos. La proclamación se produjo después de que el arzobispo de Calcuta, Lucas Sirkar, solicitase al Papa la beatificación y leyese una breve biografía de la monja albanesa fundadora de las Hermanas de la Caridad. El Sumo Pontífice también estipuló que todos los
5 de septiembre se celebre la fiesta de la Madre Teresa. Luego del hecho, se le regaló una reliquia de la misionera al Papa y un grupo hindú protagonizó una danza.
Principales conmemoraciones
Placa memorial frente a su casa de nacimiento.
La reconocida misionera ha inspirado varias conmemoraciones. Fue nombrada patrona en iglesias, y su nombre figura en estructuras, plazas, escuelas, fundaciones u otras instituciones. Desde el domingo
30 de agosto de
2009, la calle "Mother Teresa Way" está ubicada en el barrio del Bronx, donde la comunidad albanesa, de la que la Madre Teresa era miembro, ha crecido con rapidez en los últimos años. Este tramo es parte de la avenida Lydig y se hizo posible luego que la Sociedad Albanesa de Estados Unidos luchara durante 16 años para que la ciudad accediera a dedicar una vía a la Madre Teresa.
Museo memorial
Un espacio conmemorativo y museo se inauguró en su ciudad natal,
Skopje. El museo cuenta con una significativa selección de objetos y reliquias de la vida de la Madre Teresa. En la sala memorial se encuentra un modelo de su vivienda realizado por el artista Vojo Georgievski. Al lado de la sala de Memorial, se encuentra una zona con la imagen de la Madre Teresa y su oración, así como un parque conmemorativo y una fuente.
Placa memorial
En el borde de
Skopje, donde se hallaba su antigua casa, se encuentra una placa conmemorativa dedicada en
marzo de
1998, que dice: “En este lugar fue la casa donde Gonxha Bojaxhiu –Madre Teresa– nació el
26 de agosto de
1910.”
En Albania
• El día de la Madre Teresa (Dita e Nene Terezës) es el
19 de octubre.
• Un aeropuerto de Tirana, en la capital de
Albania, se llama Aeropuerto Internacional de Tirana Nene Tereza desde
2001.
• El más grande Hospital Civil en
Tirana, fue inaugurado con su nombre.
En Kosovo
La calle principal del territorio de Kosovo, capital de
Pristina se la nombró Madre Teresa (Rruga Nena Terezë) en su honor.
Homenajes musicales
Escultura en el Museo Rocsen.
Comunicaciones León (Polygram Records) compiló y publicó en
1998 un álbum tributo musical. Allí, participaron una gran cantidad de cantantes que le rindieron homenaje (
José Feliciano,
Walt Whitman, Alma de los Niños de Chicago), siendo el título del CD: Madre Teresa, vamos a ti.
El álbum fue producido por el cantante escocés Dave Kelly, quien también escribió e interpretó la canción principal. Más de cincuenta periódicos importantes de
América, como Boston Globe y Philadelphia Inquirer, presentaron historias del tributo y también aprovecharon la oportunidad para honrar la vida y la obra de Madre Teresa.
Premio Nacional Madre Teresa
Este premio nació en
1999 con la intención de promover valores, en nuestra sociedad, generando en la comunidad, en especial entre los jóvenes y adolescentes, alicientes y modelos a seguir e imitar; para su crecimiento humano y espiritual. Se realizó la primera edición de entrega en el año
2000 en las áreas del quehacer socio-cultural.
La confeccionista de los premios es la artista local Marta Grimaldi, quien respresentó varios modelos a las autoridades de la Biblioteca, la que acuerda aceptar uno ellos por su calidez material y por la espiritualidad que irradia
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